27.6.08

PM4

SOBRE LA ESCRITURA
Lo que todavía no sabía, y que aprendió en el camino, es que escribir genera culpas. Quien escribe es un transgresor: recrea la realidad sin más límite que su capacidad imaginativa; y eso lo vuelve culpable. Culpable de una inconformidad confesa, pero también de cierta sensación de omnipotencia que lo hace pensar que puede crear realidades, que es un creador. Esa sensación lo aisla. Quien escribe está sólo, quizá como todos, pero él lo sabe. Intenta sustituir presencias vivas y cotidianas con la compañía de seres ficticios. Algo imposible y doloroso, engañoso. Escribir es como resignarse a la soledad. Y no hay salida porque quien escribe lo hace porque sí, porque tiene ganas, porque no sabe hacer otra cosa, porque o lo hace, o estalla. No requiere del permiso de nadie; ni nadie está para justificarlo o reprobarlo. El talento es algo que corresponde a otros decidir si lo hay; quien escribe no piensa en eso. Una necesidad interna hace palidecer, con su fuerza, a toda consideración ajena. El llamado de la palabra escrita es más poderoso que todo. Quien lo escucha, lo sigue a cualquier precio.
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Nota del compliador:
Escribir es defender la soledad en que se está, decía María Zambrano.

1 comentario:

IZ dijo...

¡nooo! ¿más de ese spam? Hey, Berto, such a nice baby with big ears.

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